Prelanzamiento del rotor
Una vez realizadas la inspección prevuelo y la puesta en marcha del motor, tendremos que rodar hasta la cabecera de la pista para iniciar la maniobra de despegue.
El rotor de un autogiro no puede ponerse en autorrotación desde cero por sí solo, por mucho que carreteemos por la pista. Por lo tanto, necesitaremos ayudar al rotor a conseguir las revoluciones necesarias y esa ayuda la proporciona el mecanismo de prelanzamiento o prelanzador.
La maniobra más compleja que se puede realizar sobre un autogiro es el despegue, debido a la necesidad de conseguir de forma simultánea las dos condiciones necesarias para volar, el régimen de rotación y la velocidad, mientras que mantenemos el control de la trayectoria de la aeronave sobre el suelo.
Se puede despegar un autogiro aunque no disponga de un sistema prelanzador. En este caso debemos activar la rotación del rotor de forma manual, seleccionar un ángulo de ataque del disco rotor elevado e iniciar una carrera lenta que vaya incrementando progresivamente el régimen de rotación. Como podéis imaginar, este procedimiento de despegue es muy laborioso y requiere mucha pista para alcanzar el régimen de rotación suficiente. Y por esto que la gran mayoría de los autogiros de hoy llevan un sistema de prelanzamiento del rotor, bien mecánico o eléctrico.
Una vez situados en la cabecera de pista, el rotor debe empezar a girar para generar la sustentación necesaria para iniciar el vuelo. El prelanzamiento se realiza siguiendo el procedimiento de prelanzado establecido por cada fabricante y que puede tener variaciones en función del modelo.
En general, lo más común es mantener el rotor plano -palanca adelantada completamente- y al llegar a las revoluciones establecidas por el fabricante se desembraga rotor, se selecciona un ángulo de ataque máximo -palanca atrás-, ajustando potencia suficiente para evitar que el viento nos desplace hacia atrás (recordemos que el despegue se realiza siempre cara al viento).
Quitamos el freno e iniciamos nuestra carrera de despegue, rodando primero despacio, y creando nuestro propio viento relativo.
A medida que se incremente al régimen de rotación del rotor, iremos incrementando la potencia del motor para aumentar la velocidad y vencer la resistencia al avance.
Con el aumento del régimen de giro del rotor y la velocidad de traslación, irá aumentando la sustentación y llegará un momento en que el autogiro tiende a encabritarse, levantando la rueda de morro del suelo. En este momento se aplica toda la potencia con suavidad a la vez que se cede la palanca hacia adelante progresivamente, manteniendo la rueda de morro lavantada del suelo.
Mantendremos el autogiro en esa posición y, cuando la sustentación sea suficiente, el autogiro despegará por sí solo. Ya queda tan sólo ajustar la posición para ascender e iniciar el vuelo.
Publicado
el Viernes
29 de junio de 2012